✶ Agentes de ventas y distribuidores debaten sobre cambios en el mercado, ventanas o plataformas



El último encuentro online organizado por Comscore, tuvo como protagonistas a las agencias de ventas internaciones y a la distribución para analizar temas tan esenciales como los cambios en el mercado, las previsiones para el futuro, la celebración online del mercado de Cannes, las ventanas de cine o el impacto de las plataformas de Internet.

Como ya publicamos desde el pasado 3 de abril Comscore, la compañía líder de medición cross-media, está organizando una serie de webinar para debatir diversos aspectos de la industria de cine, para lo que invita a diversos actores del sector, que analizan temas de actualidad.

El último de estos encuentros online realizados hasta la fecha, que tuvo lugar este viernes 29 de mayo, estuvo protagonizado por representantes de agentes de ventas y distribuidores que, junto a Comscore, pusieron encima de la mesa los cambios en el mercado, las previsiones para el futuro, la celebración online del mercado de Cannes, las ventanas de cine o el impacto de las plataformas de Internet.

David Rodríguez (General Manager Spain & Portugal Comscore Movies) fue el encardado de realizar la introducción, para dar paso a una mesa redonda con Antonio Saura, director general de Latido Films; Eduardo Escudero, director de gegocio y Socio de A Contracorriente Films; Vicente Canales, director general de Film Factory; y José Luis Povedano, director general de Vértice Cine.

Povedano quiso mostrar su optimismo ante la situación actual, marcada sin duda por la pandemia, amparándose en la buena evolución de las cifras del negocio en los últimos 10 años. “Yo no me voy a poner en una situación catastrofista. Nos hemos enfrentado a muchas situaciones difíciles y hemos salido de todas ellas”, señaló.

Para él, lo más complicado a nivel de distribución va a ser el ejercicio de 2020 porque, aunque la explotación cinematográfica en salas está muy viva, se necesita alimentar a las salas de producto. “El 2020 va a ser difícil de gestionar. Va a haber muchos proyectos que no nos van a llegar y que se van a tener que estrenar en el 2021, cuando va a haber muchísimo producto. Estamos a tiempo para construir de cara a 2022 y 2023”, ha indicado el representante de Vértice Cine.

También Eduardo Escudero quiso ser optimista y pensar que “la gente regresará a las salas” incluso antes de que exista una vacuna. “El público sabe que no hay mejor experiencia que la de disfrutar de una película en una pantalla grande. E incluso las plataformas también están ayudando a crear muchos cinéfilos y nos puede venir bien”, declaró.

De hecho, la compañía ha aportado su granito de arena a la reapertura y ha colocado en julio películas que son sobre todo comedias blancas para que la gente “olvide esta etapa oscura que estamos viviendo”, refiriéndose al lanzamiento en salas de sus próximos productos, como La lista de los deseos, que se estrenará el día 3 de ese mes.

Pero como matizó el representante de A Contracorriente Films, ese optimismo “no es incompatible con una dosis de realismo. “Las tendencias pre-COVID ya demostraban que en las salas se está concentrando cada vez más la recaudación en un menor número de títulos y “esta crisis está acelerando esas tendencias”.

Por su parte, Antonio Saura expresó que Latido Films ha seguido manteniendo el negocio en esta cuarentena con “resultados bastante correctos”. Quiere ser también optimista: “Yo salí ayer a dar una vuelta y veía a gente esperando para sentarse en las terrazas. Somos seres sociales y el cine es fundamental”.

Pero le preocupa el futuro. “Ya no es tanto si a un distribuidor le gusta lo que le ofrezco, si no si va a quedar espacio para estrenar”, subrayó en referencia al más que probable atasco de lanzamientos en próximas fechas. No cree que hasta medidas de 2021 la situación del calendario esté reordenada.

El director general de Latido Films Saura coincidió con la aceleración de las tendencias de la que hablaba Escudero. “Las agencias de ventas tenemos que templar con mucha más habilidad y hablando con los productores los tiempos de lanzamiento porque no creemos que el mercado sea comprador inmediatamente”, declaró.

¿Cómo va a afectar esta complicada situación a los adelantos o mínimos garantizados que ofrecen en ocasiones las agencias de ventas? Vicente Canales resaltó que el problema es que “el mercado está polarizado y hay una incomprensión por parte de los productores”.

“Ahora tenemos que ser muchísimo más cuidadosos. No porque pongas un mínimo garantizado pequeño quiere decir que lo vayas a recuperar. Porque nosotros hacemos una inversión en gastos, vamos a los mercados, tenemos estructura, etc. No podemos arriesgarnos a perder adelantos continuamente por lo que minimizamos riesgos”, explicó el representante de Film Factory.

Es un negocio de riesgo, sin parámetros claros y con intangibles. “Nosotros hemos puesto mínimos garantizados en títulos que creyendo que íbamos a tener unos resultados importantes, no los hemos logrado (…) Yo he ido con una película pidiendo 100.000 euros por un territorio y nadie la ha querido. Y un año después la he vendido por 500.000. La misma película en el mismo territorio. ¿Cómo puede ser esto?”, se preguntó Canales.

Y en ese contexto de incertidumbre va a celebrarse en junio una versión online del Marché du Film del Festival de Cannes. ¿Qué se puede esperar para la compraventa de cine en un formato como este? “No tenemos claro qué nos vamos a encontrar en un Cannes virtual porque se escapa a nuestra forma habitual en la que se opera. Pero sí esperamos que haya una reducción de precios que nos permita apostar por el corto plazo. Nos vamos a embarcar en el producto terminado, que es lo que podemos poner en circulación en el corto plazo”, aseguró Povedano.

La falta de producto de Estados Unidos también la van a suplir en Vértice Cine con producción propia: “Nos estamos embarcando en desarrollar diferentes proyectos que esperamos que puedan ver la luz en 2021 y 2022”.

Para Escudero, un mercado virtual como el de Cannes “puede ser una buena iniciativa en el futuro” pero considera que “llega en un mal momento” porque desde el mercado de Berlín ha habido pocos días realmente hábiles, con lo que los distribuidores llegan “con las bodegas bastante vacías y con miedo a un futuro cuello de botella”.

Tampoco Antonio Saura sabe qué va a pasar con Cannes Online pero es optimista y están trabajando mucho para preparar las herramientas para el mercado. “Con el ICAA estamos teniendo una relación muy fluida y estamos con ganas de ver qué pasa en este extraño mercado”, indicó.

Lo que sí ve claro es que puede ser una oportunidad para dar “un salto adelante” a tenor de lo que ve también en otros compañeros: “El evento nos ofrece la posibilidad de reforzar nuestra artillería online, que a lo mejor no la teníamos tan desarrollada porque la cantidad de trabajo que teníamos con lo presencial no nos permitía dedicarle tiempo”.

En relación al posible atasco de estrenos, hay que recordar que ya antes de todo esto había un problema en el sector porque cada semana podían estrenarse en un país como España 12 o 13 películas. “No es ideal porque es matemáticamente imposible llegar a todos los espectadores. ¿Pero quién le pone el cascabel al gato y decide qué no se estrena? Realmente es un reto, pero no hay solución a corto plazo”, comentó Escudero.

De hecho, el representante de A Contracorriente puso como contexto que se producen unas 1.500 películas europeas al año. “Los distribuidores ejercemos de filtro y de esas en 2018 llegaron 237 producciones europeas independientes no nacionales a España. De ellas, 187 no consiguieron más que un promedio de 6.600 espectadores”, incidió.

Es un problema grave porque la forma de explotación de todas las películas no puede ser la misma y ahí entra el fenómeno de las plataformas, que se ve como una manera de poder dar salida al producto que no tiene espacio en salas.

“El mercado precoronavirus se había fragmentado de una manera muy clara entre las películas que podían interesar o no a las plataformas, que estaban ofreciendo unos precios que normalmente son superiores a los que se podían conseguir en la venta de distribuidor a distribuidor, sacrificando la pantalla de sala de cine”, manifestó Saura.

Pero el director general de Latido recuerda que estas plataformas están cada vez más orientadas al consumo masivo. “Eso es sensato porque quizás hay que replantearse qué tipo de películas se hacen, pero tiene un reto cultural por el valor autoral del cine ya que hay veces que hay creadores que está pensando por delante del deseo del cliente”, avisó.

Escudero admitió “la bondad” de cerrar con las plataformas un acuerdo global, no sólo por lo económico, pues casos como el de El hoyo demuestran que a veces pueden tener más espectadores. “Pero no sé si son generadores de cantera. La distribución tradicional en cines país a país ha ayudado a crear unos autores que luego se han ido consagrando porque muchos títulos acaban diluyéndose en una gran oferta buffet”, ha advertido.

Debido a la alusión de El hoyo, que lleva Latido Films, Saura remarcó que ha sido número 1 de lo más visto en Netflix en todo el mundo menos en India. “No quiero imaginar la cantidad de gente que eso significa en un momento de máximo consumo por la pandemia. Debe de ser una cifra bastante espectacular. Además, vendimos a otros territorios antes de Neflix y ha sido número 1 en cines en Corea del Sur cuando han abierto las salas”, afirmó.

No obstante, a pesar del supuesto alcance de los streamers, el caso es que no dan datos de visionado. Su transparencia es mínima. “Estaría muy bien que nos diesen los datos. Se tendrá que legislar de algún modo, pero no seremos nosotros de quien va a depender que nos pasen esta información, aunque hay alguna que sí que ofrece datos casi en tiempo real”, apuntó Povedano.

Para muchas películas pequeñas o de autor, no obstante, el estreno en salas es importante porque, como explicó Escudero, ayudan a consolidar a los autores. Y para ello también son fundamentales los festivales de cine. “Hay películas que funcionan en los mercados internacionales porque tienen festivales u otro tipo de elementos. Los mercados nacionales dependen mucho de las campañas de promoción”, subrayó Saura, que recuerda el buen resultado de Lo que arde gracias a los resultados en festivales y premios.

¿Tener una película en Cannes, Berlín o Venecia es importante para el distribuidor? ¿Menos que antes? “A mí me ha pasado de todo. He tenido películas en sección oficial a competición de Venecia que no he vendido nada. En cambio, he tenido otras que ha sido un sueño, impresionante. También he tenido una en competición en Berlín que me ha ido mal porque el distribuido, a pesar de ello, tiene que ver si la película tiene capacidad comercial”, indicó Canales.

Canales recuerda casos de grandes éxitos sin el amparo de los festivales, como el de [REC] cuando estaba en Filmax. “Fue rechazada por el Midnight Madness de Toronto. A Colin Geddes, que era el programador, siempre le hacía la broma. Hicimos pases privados fuera del mercado y fue impresionante. La vendimos de una forma increíble”, recordó.

También se acordí de cuando vendieron Contratiempo en China, que hizo 26 millones de dólares y se estrenó con 6.000 pantallas: “Fue un boom increíble. Tuvimos a un montón de chinos en nuestros stands viniendo a comprar todo el cine español. Nos vimos todos beneficiados por este éxito. Al cine coreano le ha pasado en Berlín. Como venían con lo de Parásitos, todo el mundo se volvió loco comprando películas coreanas y los agentes de ventas de allí no daban abasto”.

Sin duda, el momento más interesante del debate fue cuando se abordó el tema de las ventanas cinematográficas, es decir, el tiempo que existe entre el estreno en salas y en otros formatos.

Vicente Canales fue la nota discordante: “Las ventanas no van a existir en el futuro y más bien en un corto plazo. El mundo ha cambiado mucho y la gente es mucho más flexible, y creo que todas nuestras empresas tienen que serlo también. El espectador demanda ver las cosas de forma mucho más rápida e intuitiva”

En su opinión, las cosas no van a estar tan ordenadas como ahora y las propias majors van a impulsar el cambio. “Muchas de ellas han abierto plataformas y no veo necesidad de estar cuatro meses esperando si la película está ya explotada en salas en un mes o en dos. A veces duran dos semanas porque el espacio que hay en la cartelera”, apostilló.

El resto de la mesa redonda online no coincidió con él aunque con matices. Saura cree que “no sabemos qué va a pasar” pero Canales puede tener parte de razón en el medio o largo plazo: “Si se hace esa transición tiene que ser regulada y bien planeado y que no destroce a nadie. No creo que sea inmediato, pero a medio-largo plazo van por ahí los tiros”.

En su opinión hay que seguir respetando las ventanas y “proteger las salas en la medida en que podamos” también porque “para los productores son fundamentales para la financiación”. Saura ha rememorado, no obstante, que es un tema muy viejo y que ya en seminarios de principios de los 90, en referencia a la TV por satélite, ya se hablaba del tema de la flexibilización de las ventanas.

Povedano también defendió las ventanas y más porque “se está demostrando con cifras que hay años con 100 millones de espectadores y estando ya todos estos players”. Por tanto, “hay tráfico en las salas y mientras lo haya, creo que debemos mantener la estructura de negocio y sería contraproducente cambiarlo”.

Lo que sí cree el representante de Vértice Cine es que “tiene que haber una transformación en las ventanas posteriores, en ese universo de televisión en abierto, de pago y los streamers”.

Igualmente, Escudero se mostró a favor del sistema: “Las ventanas van a seguir existiendo y no deben desaparecer. Para muchas películas es lo que tiene sentido. No hay que destrozar nada que ya está funcionando”.

Sin embargo, sí que es muy partidario de hacer trajes a medida, “por lo que las ventanas necesitan adaptarse a cada tipo de película”.

En la parte final de las conclusiones, Vicente Canales quiso reivindicar la labor de las agencias de ventas: “Nos encanta que nuestro cine se vea en todo el mundo y en eso vamos a seguir trabajando, ya sea en cine, en plataformas o donde sea. Nuestra labor no es solamente que nos den una película y vayamos al mercado, sino también decidir con el productor cuál es el timing correcto para ir al mercado. Hay veces que los productores prefieren ir ellos directamente a vender a las plataformas. Pero pueden estar quemando el producto. Por todas prisas y ansiedades, o por ahorrarse nuestras comisiones, se aventuran a intentar vender en el mercado. Algunos lo están haciendo, pero la labor de un agente de ventas es muy importante”.

Y también se quejó de ser la única parte de la cadena que nunca recibe subvenciones de los estamentos públicos. “Esperamos que se resuelva porque el trabajo que hacemos nosotros es de difundir el cine español”, recalcó Canales.

Escudero ha apostillado que al menos en el ámbito de la exhibición y la distribución las autoridades han empezado a darse cuenta de su relevancia: “Se están apoyando iniciativas como Europa Cinemas o Europa Distribution. Todo el dinero es poco para la producción, pero hay que apoyar a la promoción porque hay que comercializar”.

Una sensibilidad que no ha llegado todavía con la exportación del cine español y esperamos que pronto pueda cambiarse esta política para facilitar la internacionalización de nuestra cultura.