✶ Málaga, un recorrido por su Historia: de 1998 a 2002



(Publicado en News & Reports) El Festival de Málaga celebra sus bodas de plata. Han sido 25 años apostando por el cine español y también, progresivamente, por el cine iberoamericano. En esta dulce conmemoración queremos echar la vista atrás para detenernos en algunos de los hitos en estos años, poniendo especial atención a las actividades de industria y a los distintos mercados que, a lo largo de su trayectoria, el certamen ha impulsado para apoyar a los profesionales. En una serie de artículos vamos a ir abarcando en Spain Export Film and TV toda esta Historia de éxito.

1998-2000: el nacimiento del festival y los años previos a los mercados

El Festival de Málaga es, hoy día, una referencia indiscutible para el cine y la industria española e iberoamericana. Pero en el año de su nacimiento, 1998, impulsar tan decididamente un certamen exclusivamente de cine español fue una apuesta arriesgada.

Con Salomón Castiel como director del evento, el Festival de Málaga fue una iniciativa del crítico de cine Carlos F. Heredero que recibió el enérgico apoyo del Ayuntamiento de Málaga, el cual tenía a Celia Villalobos en las funciones de alcaldesa en esos momentos.

El Festival de Málaga, cuyo Presidente de Honor, desde sus inicios, es el conocido actor malagueño Antonio Banderasse convirtió rápidamente en el certamen más importante de los dedicados al cine nacional.

La ciudad de Málaga tenía grandes cualidades para albergar un festival cinematográfico de éxito. En el corazón de la Costa del Sol, con más de 500.000 habitantes y cuna del genial artista Pablo Picasso, Málaga es una de las ciudades más importantes de España, un núcleo turístico de primer nivel y uno de los centros de ocio y negocio más desarrollados de toda Europa.

Con su suave y soleado clima, su perfecta comunicación gracias a uno de los aeropuertos europeos de mayor tráfico aéreo, y su excelente infraestructura hotelera, la ciudad cumplía con todos los requisitos necesarios para alcanzar el éxito que ha logrado con el paso de los años y las ediciones.

Además, posicionándose en la primavera, las fechas del Festival de Málaga son idóneas, entre medias de dos eventos de la magnitud del Festival de Berlín y el Festival de Cannes, y con suficiente separación del Festival de San Sebastián para ofrecer a la industria española una nueva y necesaria ventana en el primer semestre de cada año.

F. FERNAN GOMEZ 1

El certamen nacía con el objetivo de difundir y promocionar la cinematografía española e iberoamericana, acogiendo el encuentro de sus diversos sectores profesionales y potenciando su desarrollo de la industria.

En los primeros años el festival logró alabanzas por dos cuestiones concretas. Por un lado, porque se convirtió en una magnífica plataforma para los nuevos talentos. Buena parte de las películas de las de las secciones oficiales de los primeros años eran óperas primas o segundos largometrajes, lo que ofrecía una necesaria salida para los jóvenes realizadores.

Por otro lado, su Muestra de Cine Documental recibió el beneplácito del sector. El documental estaba viviendo un momento de esplendor pero no contaba con demasiados espacios en el ámbito festivalero e industrial.

Ya desde su primera edición en 1998, el evento despertó gran interés y estableció los cimientos para erigirse como la gran fiesta del cine español. Ese año, cuya edición se celebró entre el 29 de mayo y el 6 de junio, hubo casi 200 periodistas acreditados, más de 50 medios audiovisuales nacionales y más de 200 invitados de profesionales del cine.

La programación en 1998 incluía nueve estrenos, ocho de ellos a concurso, que competían por los galardones a las dos mejores películas, al mejor nuevo realizador, al Premio del Público y al Mejor Actor y Mejor Actriz. Los títulos de la Sección Oficial se mostraron en el Teatro Cervantes, mientras que el resto de títulos de los 12 ciclos programados se vieron en los cines Alameda y Albéniz. Como curiosidad, el precio de cada sesión era de 400 pesetas, con la opción de comprar un bono de cinco películas a 300 pesetas cada título.

La primera película que se proyectó en el Festival de Málaga fue Una pareja perfecta de Francesc Betriu. Se enseñó en la ceremonia de inauguración del 29 de mayo, tras una gala presentada por Bibiana Fernández y Jorge de Juan, en la que hubo un videosaludo de Antonio Banderas, presidente de honor. La gala de clausura fue presentada por el actor y director Santiago Segura.

Carlos Saura y Elías Querejeta (Foto: Festival de Málaga)

La primera película en conquistar el premio principal en Málaga, que todavía no era una biznaga, fue La primera noche de mi vida, una película dirigida por Miguel Albaladejo, con guión de Elvira Lindo. El film, producido por Alphaville, se llevó los 10 millones de pesetas que había de dotación económica.

En el ámbito documental no había todavía competición pero en la primera edición tuvo un gran eco el estreno de la obra de Patricio Guzmán Chile, La memoria obstinada, segunda parte del mítico documental La batalla de Chile.

El éxito mediático conseguido y la buena impresión causada por esa primera edición llevó a los profesionales del sector a hablar de Málaga como “el Cannes del cine español“, un lugar donde se impulsaban los negocios. De hecho, la alcaldesa Celia Villalobos afirmar que su objetivo era que “los business del cine” se realizaran durante el marco del festival, hasta convertirlo en la gran ciudad para el cine español.

La financiación municipal se amplió y la cobertura mediático se expandió, con casi todas las cadenas de televisión emitiendo programas en directo desde Málaga. A pesar de la gran acogida, la dirección del certamen cesó al equipo que organizó la primera edición: Carlos F. Heredero, Eduardo Rodríguez Merchán, Moisés Salama, Paloma Caballero, Concha Gómez o Francisca Méndez. Fernando Méndez-Leite fue desde entonces el nuevo responsable de la sección oficial.

La segunda edición tuvo como anécdota, pues no se volvió a repetir en el futuro, que las seis películas a concurso (hubo 10 estrenos absolutos ese año) contaron con una ayuda de cuatro millones de pesetas, con objeto de facilitar su promoción y distribución nacional e internacional. Hubo polémica y críticas a lo que se entendía que era “pagar por concursar”, así que en los años siguientes se eliminó dicho apoyo.

La 2ª edición del Festival de Málaga se celebró del 28 de mayo al 6 de junio y en la sección oficial destacaron títulos por su vertiente cómica y su mestizaje latinoamericano, dos constantes que han acompañado al certamen hasta nuestros días. Con un presupuesto de 127 millones de pesetas, la programación incluía, además de la sección oficial, 60 cortometrajes, 11 ciclos, 24 documentales, dos exposiciones, dos talleres de formación y cuatro libros editados. Para el recuerdo quedan también los homenajes dedicados a Tony Leblanc, Antonio Resines y Antonio Isasi-Isasmendi.

La cinta de inauguración fue El coronel no tiene quien le escriba del mexicano Arturo Ripstein, que se proyectó en una gala que fue presentada por la actriz María BarrancoSantiago Segura volvió a encargarse de la clausura, esta vez acompañado por El Gran Wyoming. El aumento de nivel en estas galas se notó gracias a la dirección de Vicente Mora y la colaboración de Canal+ para los vídeos promocionales y la iluminación.

FESTIVAL DE CINE ACTORES MALAGUEÑOS

La película que más sedujo al jurado fue Las huellas borradas del argentino Enrique Gabriel, producida por Trastorno Films, Alta Films y la argentina Sinfonía Otoñal. Era la primera vez que un cineasta no español, y una coproducción con Latinoamérica, se llevaba el gran premio del certamen.

El componente iberoamericano estuvo también muy presente en la tercera edición, celebrada del 26 de mayo al 3 de junio de 2000, en la que el director chileno Miguel Littín inauguró el certamen con Tierra de fuego. “El futuro del cine en español es crear una gran plataforma entre hispanos y latinos; sólo eso nos hará fuertes y nos permitirá vencer al cine anglosajón”, dijo el cineasta.

La capacidad económica del festival se incrementó de una manera muy sustancial. Si en el año 1999 el presupuesto fue de 127 millones de pesetas, en el 2000 alcanzó los 260, más del doble en sólo un año.

Entre las siete películas a concurso, el jurado eligió como mejor largometraje a Sexo por compasión de Laura Mañá, producida por Visual Group, Filmax y la mexicana Resonancia Productora. Mañá se convirtió en la primera mujer en ganar el premio principal.

Tres figuras del cine español como el productor Elías Querejeta, el actor Paco Rabal y el músico Alberto Iglesias recibieron homenajes en esta tercera edición. Asimismo, hubo ciclos interesantes en torno a Luis Buñuel, el cine de nuevos realizadores españoles en Nueva York o el cine gay y lésbico realizado en España.

2001: nacen MERCADOC y Market Screenings

En la edición 2001 del Festival de Málaga, que se celebró del 1 al 9 de junio, los organizadores decidieron abrir las puertas del festival a las actividades de la industria. Málaga empezó a labrarse un nombre en la industria española e internacional gracias a la creación en este año de MERCADOC y Market Screenings, que se celebraron por primera vez del 31 de mayo al 2 de junio en el Hotel NH de Málaga, coordinados por Carmelo Romero.

El objetivo era ofrecer un encuentro exclusivo en una atmósfera propicia y relajada, sin la presión de los grandes mercados internacionales generalistas, en un entorno como la Costa del Sol, con unas atractivas condiciones climáticas y la hospitalidad de las ciudades andaluzas.

Tener mercados especializados favorecía una oferta homogénea y no sobredimensionada, una selección de compradores en función de su interés por dicho producto especializado y una mayor eficacia de los contactos para títulos de difícil posicionamiento internacional.

En esos momentos, MERCADOC era el único mercado en el mundo que ofrecía un marco exclusivo al documental español e iberoamericanoEl documental estaba en un momento de clara expansión pero todavía no era suficientemente valorado y desde el punto de vista industrial estaba maltratado. En el año 2000 se emitieron más de 1.000 documentales en las televisiones españolas, por poner en contexto el gran interés que suscitaba entre la audiencia y la necesidad que había para redoblar su presencia en festivales y mercados.

Videoteca para el visionado de títulos en los primeros años de mercados.
Videoteca para el visionado de títulos en los primeros años de mercados.

Los primeros años del Festival de Málaga habían corroborado que se vivía una auténtica edad de oro para el cine documental. Las muestras de cine documental fueron la programación más alabada en los inicios del certamen. “El documental ha llegado a la madurez como género, se compromete con la realidad, provoca emoción, cuenta historias y revela procesos históricos hasta ahora invisibles”, señalaba el cineasta chileno Patricio Guzmán, que coordinaba un ciclo documental en Málaga.

MERCADOC pretendía resolver el gran problema de la financiación y comercialización del cine documental. En muchos casos, la financiación de estas producciones se hacían a base de esfuerzos personales y muy pocos recursos. La comercialización estaba en un 90% en manos de las televisiones, lo que les colocaba a los productores de documentales en una posición difícil. Era preciso abrirse a los mercados internacionales para complementar los domésticos y agrupar la oferta en este mercado, la cual se encontraba dispersa y en muchas ocasiones era desconocida como para que la labor de exportación fuera sencilla.

Crear un evento específico como MERCADOC suponía contribuir al desarrollo y la consolidación de la industria de la producción de documentales, que de otra forma tendría una existencia muy complicada. Como no se sabía si un mercado exclusivamente dedicado al documental español sería lo suficientemente atractivo, se optó por arropar las producciones españolas con iberoamericanas. Posteriormente, se amplió la participación en el mercado a otras nacionalidades, siempre que su temática fuese española o iberoamericana.

La primera edición de MERCADOC superó las expectativas. Asistieron 165 participantes, de los cuales había 45 compradores que provenían de 22 países. La oferta en la videoteca incluía 286 producciones documentales, presentadas por 89 compañías de 21 países. En las cabinas individuales se realizaron 590 visionados a lo largo de 3 días.

En los salones del Hotel NH, había 15 compañías con stand procedentes de España, Perú, Chile y Estados Unidos.

Algunos de los títulos más solicitados fueron Velázquez, Variaciones de Cristina Andreu y Amparo Solís, Secretos de Evita. El viaje suizo de Frank Garberly, La mafia en La Habana de Ana Díez, La espalda del mundo de Javier Corcuera, Frida Kahlo: la cinta que envuelve la bomba de Jesús Muñoz, Extranjeros de sí mismos de José Luis López Linares y Javier Rioyo y Buñuel en Hollywood de Félix Cabeza.

También  ofrecía una Bolsa de Proyectos, organizada en colaboración con la European Documentary Network (EDN), en la que podían participar los proyectos de documentales de cualquier duración y género. Entre todos los proyectos seleccionados para participar, doce eran seleccionados para las sesiones de pitching, presentados ante un panel de commissioning editors. Asimismo, se celebraron Talleres de Preparación a la Técnica de Pitching, a cargo de expertos internacionales.

Por su parte, los Market Screenings todavía no existían con dicho nombre sino que su denominación inicial fue Sales Office. La oficina de ventas contaba, además de con un catálogo y una base de datos, con un área de recepción y ventas, un área de visionado y un punto de encuentro en la Terraza-Bar.

En este año 2001, se proyectaron exclusivamente los 16 largometrajes y cortometrajes españoles participantes en la sección oficial del Festival, que fueron visionadas por 20 empresas de 10 países. En sucesivas ediciones se irían incorporando otros títulos españoles no participantes en el festival.

En cuanto a la cuarta edición del festival, tuvo lugar del 1 al 9 de junio y supuso un punto de inflexión, ya que la Sección Oficial pasó de tener 8 títulos en el año 2000 a contar con 14. Además, por primera vez, su gran premio tuvo por fin el nombre por el que es tan conocido: Biznaga de Oro. En esta edición participaron 350 profesionales, 557 periodistas (375 de medios nacionales y 182 de medios regionales y locales) y asistieron más de 40.000 espectadores.

En ese 2001 la película ganadora de la Biznaga de Oro fue Sin vergüenza de Joaquín Oristrell, producida por Tornasol Films.

La apuesta por el documental, más allá de MERCADOC, consistió en la celebración del Primer Congreso de Cine Documental Español e Iberoamericano (1 y 2 de junio). Por primera vez el documental, hasta entonces una simple muestra, tenía una sección competitiva.  El primer documental que se llevó el premio fue El juego de Cuba de Manuel Martín Cuenca.

Este año, el festival también destacó porque fue el escenario del primer laboratorio de guionistas que organizaron la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y el Instituto Sundance en España, para el cual se seleccionaron diez proyectos.

2002: los screenings, de una pequeña oficina de ventas a un auténtico mercado

Como hemos dicho, en el año 2001 se pusieron en marcha por primera vez dos importantes eventos dedicados a la industria, germen de lo que posteriormente se conocería como Málaga Markets.

Los mercados se fueron afianzando en el calendario de las diversas manifestaciones gracias a un crecimiento sostenido, llegando en pocos años a duplicar sus cifras iniciales de participación. La relevancia de la cita queda demostrada también en el ámbito internacional, puesto que el Programa MEDIA de la Unión Europea decidió este año apoyar económicamente la celebración de MERCADOC.

En 2002 las citas se desarrollaron, por un lado MERCADOC, del 28 al 30 de abril en el Hotel NH, mientras que los Market Screenings fueron del 2 al 4 de mayo en los Cines Cervantes, Multicines Alameda y los Cines Albéniz.

La gran estrella era MERCADOC, una cita única en el mundo para el documental español e iberoamericano. En la edición de 2002, los participantes fueron 180, el número de compradores ascendió a 55,  procedentes de 24 países. Los documentales presentados en videoteca fueron 309 de 134 compañías procedentes de 17 países, con un total de visionados en las 25 cabinas de 720. El número de stands ascendió a 22.

Market Screenings había nacido bajo la forma de una ‘Oficina de Ventas’ para apoyar la distribución internacional de las películas que participaban a concurso en la 4ª edición del Festival. Como consecuencia del éxito alcanzado, a propuesta de la producción española y en concreto de FAPAE, se celebró ya en 2002 un auténtico mercado internacional, en el que participaron compradores de 23 países.

Este evento presentaba exclusivamente películas de producción española, incluyendo las coproducciones, y estaba destinado fundamentalmente a empresas distribuidoras internacionales, dedicadas a la distribución en salas cinematográficas, aunque también incorporaba algunos compradores de canales de televisión interesados por la producción cinematográfica de ficción.

Si en el año 2001 se proyectaron 16 películas, que eran las participantes en la sección oficial del Festival, en el 2002, el número de películas proyectadas aumentó a 33, al incluirse, junto a los títulos en competición, 17 títulos de reciente producción. Las producciones fueron visionadas por 48 compradores.

La quinta edición del Festival de Málaga se celebró del 26 de abril al 4 de mayo. El certamen cada vez atraía más la atención. Este año participaron 500 profesionales, 480 periodistas y asistieron más de 51.000 espectadores.

Además, Málaga seguía fortaleciendo esa idea de ser una puerta de acceso para los nuevos talentos. Este año hubo a concurso 7 debutantes (y tres más con segunda película). Asimismo, con un presupuesto de 2.525.000 euros ya se había convertido en el segundo mayor de España sólo precedido por San Sebastián.

La comedia musical El otro lado de la cama, dirigida por Emilio Martínez Lázaro y producida por Telespan 2000 e Impala, fue la gran vencedora de este año. Además de la Biznaga de Oro a la Mejor Película, se hizo con el galardón a la Mejor Dirección y el Premio del Público.

En el marco de esta edición, se presentó oficialmente la recién constituida Spain Film Commission, domiciliada en la propia Málaga.  La rueda de prensa del acto contó con la presencia del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; el director del festival y responsable de la Málaga Film Office, Salomón Castiel; y el primer presidente de la SFC, Carlos Rosado, el cual sigue hoy día al frente de la entidad.

La iniciativa, que empezó su andadura integrando a 10 film commissions, nacía con el objetivo de elaborar una estrategia común ante las Administraciones e intentar hacer de España un plató de rodajes a nivel internacional.


A continuación, puedes leer la versión digital del Especial 25 Aniversario del Festival de Málaga que ha elaborado Cineinforme como suplemento de su edición de marzo: