✶ Los mercados virtuales de cine, ¿una oportunidad?



Por primera vez, el prestigioso Marché du Film se realiza exclusivamente en formato online. ¿Servirá de precedente para que otras organizaciones como el American Film Market se reinventen?  Por Nuria Botella

Este año, el laureado Festival de Cannes hubiera celebrado su edición número 73. Tras posponerse inicialmente y seguido de varios meses de incógnitas, su Delegado General, Thierry Frémaux, anunció que finalmente se cancelaba el festival este año. Han dado a conocer una sección oficial, pero sin alfombras rojas ni estrenos.

Sin embargo, los planes de la organización para el Marché du Film fueron muy distintos y a mediados de abril su Director Ejecutivo, Jérôme Paillard, anunció que la primera edición del Marché du Film online tendría lugar del 22 al 26 de junio. Entre los profesionales registrados oficialmente se encuentran más de 1.300 compradores y alrededor de 700 agencias de ventas internacionales, de ellas unas 200 empresas norteamericanas incluidas compañías como A24, Endeavor Content y Lionsgate. Alrededor de 25 empresas españolas se encuentran registradas a fecha de hoy, entre ellas, DeAPlaneta, Film Factory, Filmax y Latido Films. En cuanto al mercado latinoamericano, 133 agencias de ventas y 221 compradores están registrados en esta edición del Marché du Film, entre ellos, gigantes como Cinépolis y Turner.

Cuando Paillard anunció la iniciativa digital del mercado, indicó que, tras haber realizado un sondeo, se habían encontrado con que el 80% de los encuestados estaban interesados en un mercado online. La idea de realizar un mercado virtual obedece a la necesidad de reinventarse o morir, pero puede acabar resultando uno de los cambios más innovadores que la pandemia del Covid-19 haya propiciado a la industria del cine. 

No cabe duda que la experiencia del mercado físico es incomparable y marca la cúspide en el calendario de los profesionales de la industria. Sin embargo, si el experimento de la opción virtual del Marché du Film resulta un éxito (y no hay motivos para pensar lo contrario) esto podría abrir las puertas a un futuro en el cual convivirían en armonía los mercados físicos acompañados de mercados virtuales en los que profesionales que no sean capaces o no están dispuestos a desembolsar grandes importes, puedan continuar beneficiándose de la experiencia, contribuyendo con proyectos y siendo parte de la industria.

Mercados internacionales como el American Film Market (AFM), que cada año organiza la International Film & Television Alliance (IFTA) y se celebra a finales de octubre / principios de noviembre en Santa Mónica, California, han sufrido cambios en los últimos años. Los precios de los stands, acreditaciones y proyecciones han ido incrementando en los últimos años de manera que algunas empresas han optado por crear sus propios espacios fuera de la organización oficial y en algunas instancias incluso han optado por saltarse la cita.

En un gesto de adaptación a las necesidades globales de la industria, AFM anunció en febrero de este año que por primera vez en la historia del mercado su duración en 2020 se acortaría de ocho a seis días. Cabe mencionar la importancia estratégica del AFM, que se gestó como complemento al Marché du Film, motivo por el cual ambos mercados siempre están separados por seis meses entre ellos, para así poder ofrecer un punto de encuentro entre compradores y vendedores a lo largo de todo el año.

La particularidad del American Film Market es el hecho de que el mercado no se acompaña de un festival de cine que dé brillo a la cita y que pueda generar la misma atención mediática que los otros tres principales mercados internacionales, el European Film Market, el Marché du Film y aunque en menor tamaño, el mercado alrededor del Toronto International Film Festival. Para la organización del AFM y su Director General, Jonathan Wolf, esta ausencia de un festival supone un mercado más eficiente enfocado en las transacciones comerciales y menos en el componente cultural, lo cual constatan los cerca de 1.000 millones de dólares transacciones de negocio que cada año se firman en el mercado. Sin embargo, si comparamos el dato del número de asistentes en un año típico, con circunstancias normales como fue el pasado, el Marché du Film sigue siendo el mayor mercado internacional en cuanto a representación. En 2019 AFM contó con cerca de 7.000 profesionales de 70 países diferentes, mientras que ese mismo año el Marché du Film atrajo a más de 12.500 profesionales de 121 países.

Entre los territorios que típicamente han tenido una menor representación en el American Film Market en comparación al Marché du Film, se encuentran las empresas y los profesionales de Latinoamérica. Reflejo de ello es el surgimiento de diferentes iniciativas como el acuerdo firmado en 2013 entre el Latin American Training Center (LATC) y AFM para fortalecer los lazos entre la industria latinoamericana y dicho mercado a través de esfuerzos que acerquen a sus profesionales al mercado de Santa Monica.

Además de los motivos nombrados, como la falta de un festival y el precio de la asistencia, existe otra posible razón por la cual los representantes de Latinoamérica no acuden en masa a AFM. El mercado de Ventana Sur, que tiene lugar en Buenos Aires, Argentina, a finales de noviembre / principios de diciembre, está separado de AFM por unas pocas semanas. Ventana Sur se fundó en 2009, organizado por Marché du Film en colaboración con el Instituto Nacionales de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). A diferencia de los mercados internacionales en los cuales se pueden encontrar producciones de cualquier rincón del mundo, Ventana Sur se centra en la compra y venta de producciones latinoamericanas. Sin embargo, el fuerte crecimiento y prestigio de las producciones latinoamericanas en el mundo han convertido a Ventana Sur en un atractivo mercado para los cerca de 800 compradores y vendedores que acuden a la cita desde los cinco continentes, según datos de INCAA.

Esperemos que el Marché du Film virtual sea todo un éxito, no para reemplazar su organización física, sino para acompañarla en un futuro y sentar el precedente para otros mercados internacionales que puedan ofrecer estas alternativas para aquellos profesionales que, por motivos económicos, de conflicto en su calendario o por cualquier otro, deseen participar simultáneamente en las diferentes citas internacionales y encuentren en esta opción online una solución viable.

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